El charol es un material con un acabado brillante y liso que se utiliza comúnmente en calzado, accesorios y prendas de vestir. Su historia es interesante y abarca varios siglos.
En 1818, Seth Boyden, un inventor estadounidense de Newark, Nueva Jersey, desarrolló una técnica para producir charol a nivel industrial. Boyden perfeccionó un proceso en el que se aplicaban capas de barniz a base de aceite de linaza y otros aditivos sobre cuero natural, obteniendo un acabado duradero y brillante.
El charol se popularizó rápidamente en el calzado y accesorios de moda gracias a su atractivo estético y su resistencia al agua.
Con el avance de la química y los materiales sintéticos, las técnicas de fabricación del charol evolucionaron. Se comenzaron a utilizar polímeros y plásticos para obtener acabados similares al charol tradicional, pero con mayor durabilidad y flexibilidad.
En la década de 1960, el charol volvió a ganar popularidad en la moda con la introducción de colores vivos y acabados aún más brillantes, coincidiendo con las tendencias de la moda de la época.
El charol sigue siendo popular en el diseño de calzado, especialmente en zapatos formales y de alta costura. Los avances en los materiales y técnicas de producción permiten una amplia variedad de acabados y colores.
Características del Charol
Brillo: El charol es conocido por su acabado extremadamente brillante, que se logra mediante múltiples capas de barniz o recubrimientos sintéticos.
Durabilidad: Es resistente al agua y fácil de limpiar, aunque puede ser propenso a agrietarse con el tiempo si no se cuida adecuadamente.
Uso: Predominantemente utilizado en calzado, también es común en bolsos, cinturones y prendas de vestir.
Cuidado del Charol